Jovenes pensando en dejar el fútbol...
"A los 19 años dejó el fútbol unos meses y se puso a trabajar".
SONIA GAUDIOSO / ZARAGOZA 09/04/12 - 09:00.
Antonio
Galdeano, más conocido como Apoño, nunca pensó que llegaría a vivir de lo que
más le gustaba, el fútbol. Desde pequeñito siempre le apasionó el mundo del
balón, pero su vida no fue sencilla.
El
andaluz tuvo que luchar mucho por lo que quería e incluso se vio obligado a
dejar aparcada la pelota durante un tiempo para poder comer.
Fue
una etapa dura, pero que ahora recuerda con cariño por todo lo que aprendió
poniendo techos. “Estuve jugando en los juveniles del Málaga, pero después me
fui de allí y estuve seis meses sin jugar al fútbol. Con 19 años me dediqué a
trabajar poniendo techos desmontables Pladur”, señala.
“Salía
bastante tarde y ya no tenía ganas de estar en ningún equipo, así que estuve sin
jugar durante seis meses. Ese tiempo aprendí mucho, eran muchas horas, pero
había que sobrevivir de alguna manera”, comenta.
Sin
embargo, el fútbol volvió pronto a su vida.
“Cuando estaba trabajando me
llamóun entrenador del San Pedro, que estaba en Tercera división, y no le
supe decir que no. Lo cierto es que cobraba dos gordas, pero no me importaba el
dinero en ese momento. Yo quería jugar otra vez e intentar llegar hasta donde
ahora estoy, aunque en aquel momento lo veía muy difícil. La verdad es que
cuando tuve la oportunidad de volver a jugar, vi que si quería cambiar esto, mi
vida, tenía que intentarlo y es lo que hice. Por suerte puedo decir que me salió
bastante bien porque disfruto con mi
profesión”, dice.
profesión”, dice.
"Aprendí
mucho poniendo techos desmontables"
El
San Pedro fue el equipo que le abrió sus puertas y Apoño se vistió de nuevo de
corto para hacer otro intento de triunfar en un futuro. “Estuve medio año
jugando en Tercera división y después me marché al Marbella”, indica. Estuvo
durante tres temporadas en Segunda B y después el Málaga volvió a fijarse en él.
“Fiché
cuando el equipo estaba en Segunda y al año siguiente conseguimos
el ascenso a Primera y ya jugué allí siempre hasta que en enero vine a Zaragoza”,
explica con una sonrisa.
cuando el equipo estaba en Segunda y al año siguiente conseguimos
el ascenso a Primera y ya jugué allí siempre hasta que en enero vine a Zaragoza”,
explica con una sonrisa.
“Siempre
en Primera”, añade. Y es que alcanzar la máxima categoría fue un sueño para un
chico que no lo tuvo nada fácil y que todo lo que logró se lo ganó en un terreno
de juego a base de trabajo y mucho esfuerzo. “Nunca pensé que llegaría a donde
he llegado, pero aquí estoy. Ha sido un poco duro porque he pisado todas las
categorías, pero ahora puedo decir que cada una tiene sus cosas. Me siento
orgulloso de eso y de saber cómo se juegan en cada una de ellas”, señala.
Desde
que empezó a jugar, Apoño ha conocido a muchos entrenadores. Pero él no duda
cuándo tiene que elegir a uno. “Juan Ramón López Muñiz es el entrenador que más
me ha marcado. Cogió al Marbella en descenso, nos salvó y de allí me llevó al
Málaga. Le debo mucho a él, porque es el técnico que apostó por mí y al
que
le tengo mucho que agradecer.
le tengo mucho que agradecer.
Sé
que en Segunda B hay muy buenos jugadores pero la mayoría se quedan allí porque
nadie les ha dado la oportunidad de poder jugar arriba. A mí sí me la dieron y
tuve esa suerte”, recuerda.
Pero
además de Muñiz, hay otro entrenador que le ha seguido muy de cerca y
que
siempre soñó con tenerlo a sus órdenes. No obstante, hasta el pasado mes de enero, no lo logró. “Sé que Manolo Jiménez me seguía desde hacía tiempo.
En su momento, estuve a un paso de firmar por el Sevilla B, pero al final no lo hice. Me quedé en el Marbella y me salió bien porque luego fiché por el Málaga.
siempre soñó con tenerlo a sus órdenes. No obstante, hasta el pasado mes de enero, no lo logró. “Sé que Manolo Jiménez me seguía desde hacía tiempo.
En su momento, estuve a un paso de firmar por el Sevilla B, pero al final no lo hice. Me quedé en el Marbella y me salió bien porque luego fiché por el Málaga.
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