Habrá más de uno de los lectores de este artículo que os identifiquéis con la misma situación que cuento, que no es otra que ahora que está llegando el calor fuerte, hace bajar el rendimiento del equipo.
Se nota que los chicos tienen que acostumbrarse durante un tiempo a estas temperaturas para volver a dar un rendimiento acorde al nivel de juego que tienen, pero a la hora de realizar un esfuerzo físico las altas temperaturas les pasan factura al principio de esta época que está a camino entre la primavera y el verano, pero tiene su explicación.
Cuando la temperatura es alta, aumenta la sudoración y como consecuencia la pérdida de líquidos, si esta pérdida supera la ingesta de líquidos entramos en un período de deshidratación (no como tal, sino un principio de la misma). Esto hace que disminuya la presión arterial, aumente la frecuencia cardíaca y disminuya el flujo de sangre a los músculos.
Por tanto la consecuencia es que a los músculos llega menos sangre (alimento o gasolina para nuestro cuerpo) lo que provoca nuestro mayor cansancio. Cuando pasa un tiempo entrenando bajo estas temperaturas, el cuerpo que es sabio, se acostumbra a ese nivel de calor, de ejercicio y de líquido para trabajar.
Lo más importante cuando nos encontramos en esta época es la hidratación para que nunca la pérdida de líquidos supere a la recuperación de los mismos. Para eso debemos parar cada cierto tiempo para que nuestros jugadores se refresquen, se mojen un poco la cabeza y vuelvan al trabajo. Es importante que se recuperen líquidos pero que no se “llene uno la barriga de agua”,es decir, que ingiramos una cantidad moderada, como a muchos nos han dicho nuestros padres y entrenadores a lo largo de nuestra vida.
Para poder ayudaros más, os facilito un artículo sobre la Hidratación antes, durante y después.
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